El próximo Viernes Santo se celebrará el 18 de abril del 2025. En el año 2024 el Viernes Santo se celebró el 29 de marzo.
El significado del Viernes Santo en la Semana Santa
Al profundizar en el contexto histórico del Viernes Santo, reconocemos sus raíces en los primeros días del cristianismo. Los orígenes del Viernes Santo se remontan a la crucifixión de Jesús de Nazaret en Jerusalén, el evento que cambió para siempre el curso del mundo. Este día se celebra el viernes anterior al Domingo de Resurrección, momento en el que nosotros, como cristianos, conmemoramos solemnemente la Pasión y muerte de Jesucristo.
El Viernes Santo es el segundo día del Triduo Pascual de la Semana Santa, el período de tres días que culmina con el Domingo de Pascua, día en que se celebra la resurrección de Jesús. Los acontecimientos de este día cumplen las profecías del Antiguo Testamento. El Viernes Santo es un día de ayuno y abstinencia.
Los relatos de la pasión del Viernes Santo provienen del nuevo testamento en la biblia, que detallan los acontecimientos que condujeron al arresto, juicio y crucifixión de Jesús.
Según la tradición, después de ser traicionado por Judas Iscariote, Jesús fue arrestado en el huerto de Getsemaní y llevado ante el Sanedrín, el gobernador romano Poncio Pilato y el rey Herodes.
A pesar de no encontrar ningún defecto en él, Pilato cedió a la demanda pública y condenó a Jesús a muerte por crucifixión. La crucifixión tuvo lugar en una colina en las afueras de Jerusalén, conocida como Gólgota o «el lugar de la calavera».
Allí, Jesús fue clavado en una cruz, donde permaneció durante varias horas hasta su muerte. Este es el sacrificio supremo por los pecados de la humanidad.
La importancia de la crucifixión
La Crucifixión de Jesucristo es un hecho crucial , ya que es el momento en el que se consuma el mayor acto de amor por la humanidad. A través de su sufrimiento y muerte, Jesús tomó sobre sí el castigo por nuestros pecados, ofreciéndonos el camino a la vida eterna. Este acto desinteresado encarna el núcleo de nuestra fe, donde el sacrificio del Hijo de Dios abre la puerta a la reconciliación con el Padre.
- La Crucifixión significa el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento.
- Representa la victoria definitiva sobre el pecado y la muerte.
- Es un testimonio de la profundidad del amor de Dios por la humanidad.
Tradiciones del Viernes Santo
En nuestra tradición católica, honramos solemnemente el Viernes Santo como el día en que nuestro Salvador fue crucificado. Realizamos distintas prácticas para venerar este dia:
- Realizamos el Vía Crucis, devoción que nos invita a caminar meditando por las últimas horas de la vida de Jesús.
- Participamos de una liturgia que incluye la lectura de la Pasión según San Juan y la adoración de la Cruz.
- Nos abstenemos de celebrar Misa, recibiendo en su lugar la Sagrada Comunión de la reserva consagrada el Jueves Santo.
- Celebramos recreaciones de la Crucifixión y procesiones en las calles, portando imágenes que conmemoran la pasión de Jesucristo.
El Viernes Santo, nuestras iglesias adoptan una atmósfera de austeridad. Los altares quedan vacíos y el silencio de las campanas refleja el ambiente sombrío del día. La colecta íntegra del Viernes Santo se destina para apoyar a las comunidades cristianas y los lugares santos de Jerusalén.
Uso histórico de la palabra «bueno»
El término «Viernes Santo» proviene del sentido piadoso, santo de la palabra «bueno».
En este contexto, a menudo se entiende que la palabra «bueno» significa «santo» o «sagrado», en lugar del sentido más contemporáneo de «positivo» o «excelente».
Esto se alinea con la naturaleza solemne del día, ya que conmemora la crucifixión de Jesucristo.
Si bien el origen exacto del término sigue siendo algo desconocido, está claro que el día es todo menos «bueno» en el sentido moderno.
Es un día de luto, reflexión y gratitud por el sacrificio realizado por nuestra salvación.
Conclusión
El Viernes Santo es un momento crucial en la tradición cristiana, que marca la conmemoración de la crucifixión y muerte de Jesucristo. Observado con solemne reflexión, ayuno, abstinencia y oración, el Viernes Santo sirve como preludio de la alegría del Domingo de Pascua, cuando celebramos la resurrección y la promesa de la vida eterna. Es un día que nos invita a meditar el amor de Cristo y el poder transformador de su expiación, convirtiéndolo en una piedra angular de la Semana Santa.